domingo, 23 de noviembre de 2014

Avalo

En algún lugar perdido en medio del mar. 

-¿Quedamos esta tarde? - pregunté.
-Mmm… ¿para enseñarte a conducir casi tan bien como yo? - dijo él mientras sonreía. Le fulminé con la mirada.
-Me lo dice el que se acaba de sacar el carné. 
-El carné solo es un tema burocrático. Mira a Alonso, que con 13 años sabía conducir muchísimo mejor que cualquier otro adulto y hasta los 18 no pudo sacarse el carné. - Contestó él, y luego me picó un ojo mientras sacaba las llaves del coche. - Bueno, ¿qué? ¿quieres esas clases de conducir o no?
Me reí y le respondí:
-¿Ahora? El de mates nos va a matar como nos fuguemos otra vez.
-¿Y? Solo se vive una vez, y tengo el coche ahora. Venga mujer, que sé que tienes tan pocas ganas de ir a mates como yo de estudiar. 
Le miré pensativa. Y… ¿Por qué no? Tenía razón, solo se vive una vez. Mejor disfrutar cuando tengamos oportunidad.
-¿Y bien? - Preguntó él. Cogí las las llaves de su coche, y rodeé el coche para conducirlo. -Eh! ¿En serio quieres coger el coche aquí? Como te pillen te quedas sin carné hasta dentro de dos años. Y si mis padres se enteran me van a matar.
-Solo se vive una vez, ¿no? Deja de lloriquear y sube al coche anda.
Se rió y nos subimos al coche. Metí las llaves en el contacto, pero antes de encender el coche me preguntó:
-¿A dónde vamos? 
Le miré y sonreímos. No hacía falta decir nada más.


Luna  Plateada

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