miércoles, 24 de abril de 2013

Un billete a ninguna parte

-Por favor, un billete a ninguna parte – dijo ella con seguridad.
-Aquí tiene. Diríjase a la número 5. El tren saldrá en 10 minutos.- contestó el hombre que le vendió el ticket. Ella se sentó en un banco con vistas a las vías del tren. Observó a su alrededor; apenas había gente. 
Siempre hacía el mismo recorrido; cada vez que creía que todo le superaba y que ya no podía aguantar más. Hacía la maleta, se iba a aquella estación para pedir un billete a ninguna parte, y se perdía en sus pensamientos, intentando recordar las decisiones que la habían llevado hasta ahí.
Nunca sabemos de lo que somos capaces
hasta que lo intentamos.
El tren llegó con fuerza a la estación. Ella se levantó, era el momento de tomar la gran decisión. Y estaba allí para hacerlo, pero por desgracia, esa no era la primera vez. Las puertas del tren se abrieron, y pudo ver como su cuerpo se congelaba, incapaz de moverse, de reaccionar.
“Vamos, tú puedes” se dijo a sí misma, sin ningún resultado. No sabía cuánto tiempo había estado parada, pero cuando volvió a la realidad, el tren ya se había marchado, y una vez más, no se había subido.
Cogió sus cosas, y se convenció de que no coger aquel tren era lo mejor. Como hacemos todos cuando hemos tomado una mala decisión. Le sacamos el lado negativo y nos protegemos en que todo podría ir mal con esa decisión.
En el fondo, siempre es la misma historia. Nos conformamos con ser infelices porque nos da miedo el cambio. Y al miedo sólo nos podemos enfrentar solos.

Luna Plateada


8 comentarios:

  1. Los cambios me aterran. Lo admito. Soy chica de rutina, pero el 2013 dije q iba a ser un año de cambios y llevo muchos. Todas las cosas q he emprendido me daban miedo porque además eran cosas q tenía q hacer sola, pero estoy súper contenta de haberlas hecho. Hay q darle una patada al miedo, porque sólo nos trae problemas.

    ResponderEliminar
  2. Toda la razón. Nos asusta que a lo mejor el cambio sea peor, porque puede que nos sintamos derrotados y no queramos arriesgarnos. Y sólo se puede hacer sólo, como bien has dicho, convenciéndote de que no tiene porqué ir mal.
    Un besazo.

    ResponderEliminar
  3. Es un buen reflejo de muchas realidades. Afortunadamente, tenemos el poder de romper esos hábitos y rutinas que nos paralizan.

    ResponderEliminar
  4. ¡Cuánta razón! Tenemos miedo a cambiar las cosas que no nos gustan, pero nos intentamos concienciar de que lo mejor es quedarse con lo que tenemos, aunque realmente no lo creamos..
    ¡Muy bonita la entrada! ¡Un beso muy muy muuy grande! <3

    ResponderEliminar
  5. Que pasada de entrada guapa!!!!! Me ha encantado :)
    Besitos

    ResponderEliminar
  6. ¡Toda la razón! El miedo puede ser nuestro peor enemigo, y solo los valientes se atreven a enfrentarlo, aunque no es fácil...
    Seguro que yo algún día lo haré...

    ResponderEliminar
  7. Cuánta razón tienes, Luna. Miedo a los cambios, querer huir y no hacerlo, al final nuestro equipaje es lo que nos pesa, no los lugares.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar